estoy en la recta final de un año, el más extraño de todos los que yo he conocido, y confio que la extrañez tambien conformará mi futuro, no igual, no con el mismo estilo, no con ese patrón que todo lo transforma sin aviso y deshace lo que yo creía un cimiento sólidamente construído.

en un lapso muy corto de tiempo he reconsideraro mis opciones y aspiraciones, por mera sobrevivencia he tenido que moverme rápido y sonreir diario.

no espero, porque cuando espero no pasa nada, esperé mucho y obtuve poco, esperé sentada, esperé sonriendo, llorando, gritando, en silencio, corriendo en el parque, haciendo pilates, dentro del agua, buscando la felicidad por cuenta propia, abandonando la posibilidad de encontrar cualquier cosa que le diera sentido a los días....y lo único que obtuve fue la certeza de que la nada es constante y yo la pinto como me sea requerida.

me he afianzado en combatir el sentido de la tolerancia, y los terminos medios ojalá desaparezcan para siempre de mi vida.

me detuve para pensar, me detuve para sanar, tomé decisiones en 3 minutos y me ha tomado un año entenderlas. estoy triste, eso no es malo ni señal de debilidad, reconozco estar triste, porque mis apuestas más altas me ocasionaron una bancarrota emocional al nivel de un martes negro.
estoy triste porque la idea no era ésta, eso es todo, y siempre en los ocasos es cuando esa luz a punto de extinguirse te pega de lleno en la cara y te regala esa claridad infinita: ahora tengo claro quiénes son mis amores primarios y lo estéril de esperar algo de ellos, porque yo soy su alimento, y al término de crearles me entregan la resolución ante mi corazón casi siempre atado de ojos y dando tumbos de nuevociego.

feliz último día de mis 30. en estos 365 días me han mostrado muchas cosas nuevas, perdí mucho, gané más.