Poco que decir, esa es mi realidad, han empezado a aparecer viejos síntomas que me indican que por fin estoy de regreso, la semana pasada tuve una noche de poco sueño, porque no podía parar de planear y escribir nuevos proyectos, algunos que se quedaron en boceto hace tiempo ahora han resurgido pero redonditos, completos e increíbles, he estado algo pegada a mi vieja imac y por alguna razón hasta mis gatos saben que estamos de nuevo en el viaje, porque no se me quitan de encima y se acuestan a los lados de mi teclado.

Decía que no tengo mucho que decir porque de repente las aventuras pararon, he salido de fiesta, me he encontrado con gente del pasado, y me da risa que con cara de sorpresa me digan que me veo bien, supongo que esperaban verme en el piso, o muy maltratada, incluso a mi me sorprende estar bien, vaya! hasta a mi terapeuta le quito el aire con eso y he empezado a apoyar a nuevos diagnosticados con cáncer.

Ayer me deshice de unos cuantos archivos de esos que no se sabe porque sigues guardando, y me topé con algunas fotos muy lindas, pero raras, porque cuando me veo en ellas parece ser una desconocida, y me da vértigo que las circunstancias de cada foto y quienes la habitan me parezcan tan ajenos, me da vértigo pensar que por alguna razón me he hecho de una coraza mental para lidiar con todo ello.

Tambien miré unas fotos muy lindas, las últimas que me tomé y que fueron hace año y medio, en ellas me veo algo chica, la mirada es otra (comparada a donde aparezco en situaciones sociales), y recuerdo perfectamente que me sentía linda, porque justamente un día antes de tomarlas me topé con mi eterno amor platónico (despues de casi 4 años sin vernos) hablamos pendejada y media eso sí muy pegaditos y nos despedimos con un roce de labios, razón suficiente para hacerme sentir tan bien que me hice esa sesión a la mañana siguiente, creo que esa actitud es la que ahora poseo, ayer de alguna manera me reconocí en esa mirada, y fueron las únicas imágenes que no me parecieron ajenas.