y la tierra se movió




hace casi una semana que vivimos lo que es un 7.2, y la ciudad se mueve, se lame las heridas y da la cara al sol, el shock aún nos tiene cautivos, sabemos que corrimos con suerte, que de haber sido un día hábil si estaríamos participando de muchos velorios.

por otro lado hemos empezado a reunirnos, juntas escolares, amigos, etc., y es un alivio y gusto vernos, los ojos brillan pero el luto por lo que se fue es latente.

hay quienes apenas han empezado a llorar, que han empezado a liberar la carga del stress, habemos quien aún no hemos llorado pero cada quien tiene su momento.

hoy vi a mi familia del valle en el periódico, todos con sombreros y palas, los sin casa, los sin poblado, el lugar donde crecimos y comimos los fines de semana ha desaparecido, los cerros se cimbran, pero todos estan agradecidos de estarla contando.

ayer trabajé con mis alumnos adultos, y es bueno volver a algo de realidad, reir, hablar del pasado, pensar en seguir aprendiendo.

este temblor me mostró que mi cerebro reacciona muy rápido ante la crisis, me volqué a poner a salvo a la vaca sagrada (mi hermana embarazada) y dejé de pensar en mi, nunca olvidaré como se veía mi casa bailando, de los 89 segundos que la tierra ocupó para acomodarse mi cerebro utilizó unos 20 haciéndose a la idea de que la casa y todo lo que me rodeaba terminaría en el piso, no fue asi, no mi casa.

recogemos, reiniciamos, refundamos, renacemos.