se llama miedo.

y a veces se esconde tan bien de mi que olvido que lo cargo en la bolsa. hay otros días donde me invade y se va apoderando de cada una de mis células, y lo exudo por cada uno de mis poros. cuando logra apoderarse de mi y llega hasta mi garganta cede el paso a su invitada trsiteza, y ella me nubla los ojos, y me presiona el pecho, y puedo sentir como la energía me abandona y por momentos renuncio a este corazón itinerante que brilla y se ensombrece con más frecuencia de la que a veces puede soportar. a veces creo que nada tiene caso, solo soy uno más de esos seres que trotan por el mundo con la esperanza de fundirse en la emoción del encuentro, de la coincidencia, he visto a través de ojos que parecen mirarme, he sido el espejo de otros en su busqueda, pero todos volvemos a nuestros rincones, la busqueda es solo un pretexto, es un placebo para darle sentido a la vida, ¿de verdad queremos ser encontrados? hoy pienso que no, nos la hemos pasado arrojando botellas a un mar tan infinito porque en el fondo tenemos la esperanza de que nadie nos encuentre, apostamos a las formas mas extravagantes de encuentro solo para tener un pretexto contundente que justifique la solitaria existencia.

se llama miedo, y mi miedo no es la soledad, el miedo que tengo es el empezar a descubrir que la soledad es la salida más fácil.