veo gris.
quizá sólo estoy muerta de miedo, cada vez que cambio de trabajo me invade esa ola que me pone los pelos de punta y apaga mi sonrisa. quizá es que tengo que aprenderme muchos nombres. quizá es porque no he dormido más de 5 horas continuas en las últimas tres semanas. tal vez es la voz mediterránea que cada día va adquiriendo mayor realismo en cuanto la cantidad de kilómetros que la separan de mi oído. probablemente es porque no he podido ir a nadar. tal vez es el verano. quizá es mi síndrome premenstrual, o iván que piensa que puede tocarme el mismo tango cada vez que le plazca, quizá no es nada, o todo, o los pantalones de mezclilla que lloran desde mi closet ante el abandono al que los estoy imponiendo. a la mejor es porque me siento sola, o porque una amiga al dar a luz casi pierde la vida, o porque ya casi cumplo 32. o es que glenda se va. por eso o quien sabe porqué, pero hoy veo gris.