
a tres bandas, así me imagino mi transitar por los días últimamente, entre música que en verdad me gusta en una, miles de ideas y trabajo personal en progreso que al mismo tiempo se convierte en una manera de ordenar lo que la tercera banda es: el subeybaja personal del que se trata estar bien, ser positiva, creer, confiar, aferrarme a lo que sea con tal de no caer en ese túnel llamado cinismo, ordenar y darle imagen a cada una de esas grietas por las que me entra el frío, y que se sienten igual de paralizantes que mi deficiencia para fijar el calcio. a veces aparecen cosas super chicas que me paralizan y despues desacomodan mis días, y es super intenso, porque hace que todo se ilumine y las grietas queden al descubierto, y zaz! el trabajo de mampostería ni es sencillo ni es esporádico.
ayer con los audífonos puestos y el sol pegándome en la cara caminaba y por fin escuchaba detenidamente a micah p hinson and the opera circuit, y fue inevitable pensar en tí, en lo que genera una espalda quebrada, te imaginé como micah, postrado, con un corset de yeso apretando tu centro, donde quizá soportabas lo insoportable ante la promesa de sostenerte sin ser sostenido por ningún amable facilitador externo, sé lo que es no moverse, pero no sé lo que es quebrarse.
ni siquiera sé si usaste un corset, pero fue inevitable, como es inevitable tambien perder el tiempo. ya casi sales, ya casi te me vas.
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